The Tunnel of Samos

El ser humano siempre ha tenido la necesidad de asegurarse los recursos hídricos.

Hace ya miles de años, los romanos comprendieron la importancia estratégica que tenía transportar agua al interior de las grandes ciudades y construyeron canales abiertos o acueductos elevados que siguen aún en pie y, en algunos casos, incluso se utilizan.

En los últimos años, los sistemas de vida en las zonas urbanas han sufrido cambios drásticos a causa del consumismo, al igual que los sistemas agrícolas e industriales, a causa de la gran evolución que ha experimentado nuestra sociedad.

Hoy más que nunca, el agua se ha convertido en un recurso extremadamente valioso.

Una consecuencia de esta situación es que las sequías o la falta crónica de agua son un fenómeno más frecuente y perceptible que en el pasado. Al mismo tiempo, la capacidad de la tierra para conservar el agua ha disminuido al quedar la superficie progresivamente cubierta en las zonas urbanas.

Stiech Nevada Project model

Como consecuencia, los ríos tienen mayor tendencia a desbordarse con lluvias menos intensas que antes, lo cual suele generar inundaciones y problemas en las instalaciones urbanas que tienen un impacto negativo en las condiciones sanitarias.

Dado que, en la mayoría de casos, las fuentes de agua no contaminada se encuentran lejos del lugar de consumo, hay que contar con instalaciones para transportarla. Para reducir al mínimo la fluctuación del suministro de agua entre los niveles de sequía y exceso de lluvia, hay que contar con medios de almacenamiento de uso habitual o temporal.

Sin embargo, en la actualidad resulta complicado construir este tipo de instalaciones en forma de canal abierto o depósito de agua en la superficie que rodea las zonas urbanas, ya que es difícil conseguir los terrenos y existen restricciones de tipo ambiental.

En cambio, las soluciones subterráneas tienen la ventaja de evitar la evaporación y la contaminación del agua.

Almacenar y transportar el agua de modo subterráneo ofrece tantas ventajas que incluso se ha planteado la idea de construir ciudades bajo tierra en zonas áridas donde el agua se conserva, almacena y transporta de modo subterráneo para aprovecharla al máximo.

A modo de ejemplo, podemos citar el concepto de Sietch Nevada, un proyecto situado entre la ciencia y la ciencia-ficción, que encarna a la perfección las ventajas del uso subterráneo del agua.

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