En las grandes ciudades, cada vez hay una mayor tendencia a construir los edificios públicos bajo tierra. En algunos casos, cuando no sólo se hacen edificios puntuales aislados bajo tierra, sino que se construyen redes de túneles que interconectan diferentes edificios, se utiliza el término "ciudad subterránea".
Estas ciudades subterráneas pueden contener una amplia variedad de elementos, como edificios de oficinas, centros comerciales, estaciones de tren y de metro, teatros y otras atracciones. A la ciudad subterránea se suele acceder desde el espacio público de cualquiera de los edificios a los que está conectada, pero a veces cuentan con entradas específicas.
Las ciudades subterráneas son especialmente importantes en los lugares con climas fríos, ya que permiten acceder cómodamente al centro de la ciudad todo el año con independencia del tiempo que haga.
De todos los ejemplos, quizá los más famosos sean la RÉSO, en Montreal, la ciudad subterránea más grande del mundo; el PATH, en Toronto, que según el Libro Guinness es el complejo comercial subterráneo más grande del mundo; y las redes subterráneas de Japón, que son las más extensas, con un total estimado de 76 calles comerciales subterráneas.