En muchos casos, el uso de los espacios subterráneos es una consecuencia de la falta de espacio en la superficie.
Algunas instalaciones se pueden construir bajo tierra cuando, en la superficie, sería imposible por falta de espacio o porque la comunidad no lo admitiría.

Ejemplo del Gran Louvre

La construcción del Gran Museo del Louvre en París es un ejemplo paradigmático.
Soterrar la administración y la recepción permitió ganar mucho espacio en el museo, además de que era impensable construir algo en la superficie en semejante emplazamiento histórico.

Ejemplo de la Arteria Central, en Boston

En este proyecto, se decidió construir estructuras subterráneas para sustituir las de la superficie, que eran rechazadas por la población, partían la ciudad en dos y no eran capaces de absorber el aumento del tráfico.

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