Desde hace siglos se construyen túneles de carretera interurbanos para que los vehículos puedan cruzar las montañas y los accidentes topográficos.
En los Alpes, uno de los primeros túneles que se construyó fue el de la Traversette, un túnel de tan sólo 74 metros, que permitió, a finales del siglo XV, transportar sal entre el Delfinado y el Piamonte.
En la historia moderna, se han construido muchos túneles de carretera interurbanos para atravesar montañas de todo el mundo, especialmente en regiones escarpadas de Europa (los Alpes o los Pirineos), EE. UU. y Japón.
En los últimos años, se han construido muchos túneles de carretera en Noruega para cruzar los fiordos y facilitar el tráfico, sobre todo en invierno, dando lugar a algunos de los túneles de carretera más profundos del mundo.
Uno de estos túneles es el de Laerdal, que, hasta la fecha, es el túnel de carretera más largo del mundo. Otro, también en Noruega, es el túnel de Eiksund, de 7,8 km de longitud y que cruza el fiordo a 287 m de profundidad, lo cual lo convierte en el túnel de carretera más profundo del planeta.