Las estaciones ferroviarias subterráneas o las estaciones de transporte colectivo resultan sumamente importantes, puesto que se trata de la parte principal de las estructuras subterráneas que contempla el público.
En algunos países o ciudades se han realizado esfuerzos concretos para transformar estaciones subterráneas en verdaderas obras de arte. Es el caso del metro de Moscú, concebido como obra de arte desde su creación, así como, más recientemente, del metro de Toulouse, en el que cada estación ha sido diseñada por un artista distinto.
En la actualidad, los esfuerzos para integrar los distintos sistemas de transporte han desembocado en la construcción de estaciones subterráneas que conectan distintos medios de transporte y han sido construidas bajo tierra con el objetivo de liberar la superficie para el tráfico normal.
A modo de ejemplo, en la Puerta del Sol, en pleno centro de Madrid, se ha construido una nueva estación que conecta la red de metro con la red ferroviaria subterránea.
Otras estaciones de este tipo conectan las redes de metro con las de autobuses urbanos.